El cosmonauta soviético, Yuri Gagarín fue en 1961, el primer hombre en viajar al espacio, al hacerlo a bordo de la nave Vostok 1. Un hito que aceleró la carrera espacial en plena guerra fría y que los estadounidenses culminaron pisando la Luna, en 1969. Sin embargo, la tecnología soviética alcanzó, de los años cincuenta a mil novecientos sesenta y seis grandes logros.

“ Claro que nos hubiera gustado que un soviético hubiera sido el primero en pisar la Luna, pero así es la vida, aunque, por otra parte, nos adelantamos a los estadounidenses lanzando el primer satélite al espacio, enviando al primer hombre al espacio y realizando el primer paseo extra vehicular. Hemos alcanzado muchos hitos.”

La emergencia de nuevas potencias económicas como China o India ha impulsado de nuevo la carrera espacial. En 2003 Pekín pone en órbita al lugarteniente-coronel, Yang Liwei. Se convirtió en el primer taikonauta. Para China, Nueva Delhi o Tokio llegar a la Luna se ha convertido en un símbolo.

Aunque para estadounidenses y rusos sólo se trata de una etapa más para llegar a Marte.

Reunidos, ahora, junto a los europeos en torno al projeto estadounidense Constellation, los rivales de antaño buscan, ahora, financiación para conquistar, juntos, el espacio. Constellation prevéla instalación en 2020 de una base lunar que sirva de trampolín para alcanzar el planeta rojo. “Aquella lucha de antaño propició un mecanismo de cooperación entre antiguos adversarios, y en ese sentido, fue una inversión excepcional para ambas partes”, ha señalado Neil Armstrong, uno de los tripulantes del Apollo 11. Una prueba de esta cooperación es le proyecto Marte 500. Cuatro rusos, un francés y un alemán finalizaron, con éxito, en Moscú, el pasado 14 de julio una simulación de un viaje a Marte durante 105 días.

El primer hombre que se posará sobre Marte izará, quizás, varias banderas, símbolo de un proyecto común.