Extraordinarios personajes, científicos y personas con habilidades increíbles se embarcan en viajes fantásticos hacia las profundidades ocultas del cerebro.
"Cómo se hace un genio”, Susan Polgar es la primera mujer en la historia que llega a ser gran maestro de ajedrez. Ella no nació con un cerebro brillante sino que éste fue creado por un experimento único que dominó su infancia. NGC refleja cómo el entrenamiento generó un cerebro genial, perfectamente adaptado a la obsesión de toda una vida.
George es autista con una habilidad extraordinaria: puede decir el día de la semana de cualquier fecha en la historia o hacia el futuro instantáneamente. Presenta lo que se denomina el síndrome del sabio o del "savant", una discapacidad grave pero un poder mental aparentemente sobrehumano.
¿ Que es sindrome del Savant ? El síndrome del sabio o síndrome del savant, es un diagnóstico médico no reconocido, pero el investigador Darold Treffert lo define como un estado patológico según el cual algunas personas con desordenes mentales como el autismo, pese a sus discapacidades físicas, mentales o motrices, poseen una sorprendente habilidad o habilidades mentales específicas. Estos individuos son denominados savants (sabios), término francés utilizado para designar a los virtuosos de las artes. Treffert afirma que esta situación puede ser genética, pero que también puede ser adquirida. Se ha demostrado que las capacidades de algunos savants han sido accionadas por una lesión cerebral, antes estaban presentes pero no se ponían de manifiesto. Este síndrome fue descrito por primera vez en 1978 en artículo de la revista Psychology Today.
Según Treffert, la mitad de personas con el síndrome del sabio son autistas, mientras que la otra mitad tiene otra incapacidad relacionada con el desarrollo, retraso mental, lesión cerebral o enfermedad mental. Él afirma que “… no todas las personas autistas padecen el síndrome del sabio al igual que no todas las personas con el síndrome del sabio tienen desorden autístico”. Otros investigadores indican que los rasgos y las habilidades autísticos del sabio pueden estar ligados.
De acuerdo con Treffert, si existe una característica común que describe a los savants es su memoria prodigiosa, que es de un tipo especial. Es una memoria que él define como “muy profunda, pero excesivamente estrecha”. Estrecha en el sentido de que pueden recordar pero tienen dificultad a la hora de utilizar su memoria.
En general, y teniendo en cuenta el enorme repertorio de conocimientos del ser humano, es curioso el hecho de que las habilidades más usuales de los savant se centren en 4 categorías principales:
Arte (música, pintura y escultura): Se caracterizan por ser grandes intérpretes musicales, especialmente al piano, pintores y escultores. Suelen tener habilidades innatas para comprender e interpretar la música.
Cálculo de fechas: Algunos savant pueden memorizar calendarios enteros y recordar datos referentes a cada uno de esos días.
Cálculo matemático: Capacidad para la realización de complejos cálculos matemáticos mentalmente de forma instantánea y con gran precisión, como por ejemplo el cálculo de números primos o la realización de divisiones con 100 decimales mentalmente.
Habilidades mecánicas y espaciales: Capacidad para medir distancias casi exactas sin la ayuda de instrumentos, construcción de detalladas maquetas, memorización de mapas y direcciones...
Existen además otra serie de habilidades, más inusuales y en general más particulares del individuo, como facilidad para el aprendizaje de múltiples idiomas, fuerte agudización de los sentidos, perfecta apreciación del paso del tiempo sin necesidad de relojes, etc.
El coeficiente intelectual
Varios estudios han tratado de probar cierta correlación entre el tamaño del cerebro, su peso, su volumen o la circunferencia de la cabeza con la inteligencia, pero hasta el momento no se encontró ningún patrón consistente.
Sandra Witelson, de la Universidad de Mc Master, en Ontario, Canadá, estudió el cerebro de 100 personas que ya habían muerto, pero que en vida habían resuelto varios tests que miden el coeficiente mental. Aunque encontró alguna correlación entre el volumen de los hemisferios y la puntuación obtenida, las relaciones variaban dependiendo del sexo, la lateralidad y el tipo de test. Por ejemplo, la inteligencia verbal tuvo una correlación positiva con el volumen del cerebro en las mujeres y en los hombres diestros.
Pero el tamaño no es un factor determinante. El cerebro de las mujeres es más pequeño que el de los hombres y, sin embargo, esto no significa que haya alguna diferencia consistente entre el coeficiente intelectual de unos y de otros. Más aún, en el Libro Guinness de Récords Mundiales figura una mujer, Marilyn vos Savant, como la persona que tuvo coeficiente mental más alto entre 1986 y 1989.
El científico Philip Shaw, del Instituto Nacional de Salud Mental de Baltimore, Estados Unidos, descubrió recientemente que el desarrollo del cerebro se relaciona con el coeficiente.
Su equipo estudió a más de 300 niños, de entre 7 y 18 años, y los dividió en tres grupos según el coeficiente: promedio (hasta 108 puntos), alto (hata 120) y superior (más de 120). Observó que los del grupo promedio alcanzaron el mayor grosor a los 8, y tuvieron un adelgazamiento de la corteza durante la adolescencia. Mientras que el en superior era más delgado a los 7, engrosaba hasta los 11 o 12 y, luego, volvía a afinarse. El grupo alto quedó en el medio. El especialista concluyó que la inteligencia es un proceso dinámico, relacionado con un nivel de plasticidad que varía durante estos años.
Talento verbal
Ziad Fazah es un libanés que puede hablar, leer y escribir en 59 lenguas. Durante su niñez vivió cerca de un puerto y disfrutaba conversando con marineros de distintas nacionalidades. En el colegio estudió inglés y francés, y a los 11 años decidió que aprendería a hablar todos los idiomas del mundo.
En tres años, en los que nunca abandonó el Líbano, estudió más de 50 idiomas al mismo tiempo y tardó sólo tres meses en dominar cada uno. ¿Cuál es el secreto de ese asombroso talento? Fazah dice que su memoria es “como una cámara fotográfica” y admite haber estudiado mucho.
Nada especial
Uno de los cerebros científicos más brillantes de todos los tiempos terminó dividido en 240 piezas que el patólogo de la Universidad de Princeton, Harvey Thomas, paseó en el baúl de su auto durante años.
Cuando le hicieron la autopsia, en 1955, el cerebro de Einstein no tenía nada especial. Según Thomas, estaba un poco encogido por la edad y era un poco más pequeño que un cerebro promedio.
A principios de los 80, la neuróloga Marian Diamond, de la Universidad de California, en Berkeley, estudió tejido tomado de su córtex prefrontal y parietal. Estas áreas son parte del córtex de la “asociación”, involucrado en la cognición superior. Comparándolo con el de 11 individuos de control, ella descubrió que el cerebro de Einstein contenía una mayor proporción de células gliales en relación con sus neuronas, alrededor del doble en la región parietal. Hoy se sabe que las células gliales participan en el procesamiento neuronal y la transmisión de señales.
Otro estudio de mediados de los años 90 analizó el milímetro más externo del tejido cortical del lóbulo prefrontal derecho de Einstein, una región asociada con la memoria de trabajo, la planificación, la regulación intelectual y la coordinación motora. Britt Anderson, de la Universidad de Alabama, Birmingham, informó que el córtex parecía ser más fino. Luego, Witelson volvió a estudiar el cerebro de Einstein y encontró que era un 15% más ancho en los lóbulos parietales, como si tuviera los circuitos altamente integrados.
Inteligencia atlética
Claramente, los cuerpos de los atletas son especiales, pero qué pasa con los cerebros. Muchos deportes exigen dominar patrones específicos de movimientos, y éstos ciertamente dejan su marca en el cerebro. Las áreas del córtex somatosensorial y del córtex motor vinculadas con el movimiento se agrandan con el uso.
Algunas personas podrían también tener cerebros que les permiten seguir esforzándose cuando sus competidores se dan por vencidos. La sensación de cansancio que nos gana después de hacer una actividad deportiva parece generarse no en los músculos, sino en el cerebro, por una molécula llamada interleukina-6. Tal vez esta señal es más débil o más fácil de ignorar en algunos cerebros.
Castillos de la memoria
Para cualquiera que vaya por la vida olvidándose las llaves, los límites externos de la memoria humana son desconcertantes. Tomen por ejemplo a AJ, que tiene unos cuarenta años y puede recordar cada día de su vida desde su adolescencia. O a Kim Peek, la persona que inspiró el film Rain Man , que memorizó 7600 libros.
Sin embargo, muchos especialistas creen que las diferencias en la memoria no se deben a estructuras innatas, sino a capacidades que se desarrollan. Una buena memoria requiere esfuerzo, atención y no especialmente materia gris.
Juego interesante
Se trata de una prueba de memoria visual.
Dicen que este juego japonés te va a mostrar si tu cerebro es más joven o más viejo que el resto de tu cuerpo.Se juega así:
  1. Pincha en el enlace de abajo y después en el ‘Start’ de la pantalla.
  2. Aguarda que comience el juego después de la cuenta atrás: 3, 2, 1. Verás varias cifras, del 0 al 9, distribuidas en el cuadrilátero.
  3. Memoriza su posición de los números, porque desaparecerán, y pincha sucesivamente en los círculos que reemplazan a esas cifras, en el orden de menor a mayo. Comienza con el CERO si está presente.
  4. Al final juego, te dirán “la edad de tu cerebro”.