Y hablando sobre los Viernes o Martes 13 hablamos hoy en Clásica 106.5 sobre las Supersticiones. Y es que existen un montón, algunas estan ligadas a creencias dependiendo el lugar de origen. Hay unas bien orientales (Zacapa, Chiquimula, Jutiapa) otras las cuales las hemos adoptado y otras que son bien de Occidente. Aquí algunas:

1)Doblar la servilleta usada, o guardar una servilleta en su servilletero al final de una comida quebrantará la amistad.
2)Mencionar o formular verbalmente cualquier cosa no deseable o desgraciada (ver maldición).
3)Para contrarrestar la desgracia, inmediatamente se debe tocar madera.
Romper un espejo.
4)Pasar debajo de una escalera apoyada contra una pared, la escalera con las superficies del suelo y la pared forman un triángulo, representación de la Trinidad. Por lo tanto, cruzarla era atentar contra dicho dogma, o también representa una puerta de entrada al mundo de los espíritus.
5)Cruzarse con un gato negro.
6)Derramar sal: la sal, en la Antigüedad, representaba riqueza. Al parecer, este mito tiene su origen en el hecho de, una vez que Roma conquista y arrasa con la ciudad de Cartago, los soldados romanos vertieron sal sobre los restos de la ciudad, para que ninguna planta volviera a crecer en ella; o en que en la Antigüedad era común dar paga con la sal, (de ahí surge el salario) lo cual, al derramar este producto era considerado un desprecio hacia el dinero y por ende suponía la futura falta del mismo.
7)Derramar aceite.
8)Poner el pan invertido en la mesa.
9)Limpiar la mesa con papel, y no con un paño de tela, trae pérdidas económicas, porque representa un desprecio al papel moneda.
10)Escuchar el nombre de una persona que transmite «mala suerte» (persona que está «salada», jetattore, un mufa, aojador, gafe, cenizo)
Para contrarrestar la maldición, a la persona se la margina y se la menciona como «el/la innombrable». En Argentina los varones se tocan el testículo izquierdo, y las mujeres el pecho izquierdo.
11)Rezar con las piernas cruzadas.
12)Pisar en primer lugar con el pie izquierdo al levantarse de la cama (Véase el artículo zurdo).
13)Casarse o embarcarse un martes 13: en los países anglófonos se refieren al viernes 13.
14)Bautizar a un barco con el mismo nombre que tiene otro barco.
15)Sentarse a comer 13 personas a la mesa, por la Última Cena de Cristo con sus discípulos (ver triscaidecafobia).
16)Estornudar, por temor a perder el alma, sólo durante la Edad Media.
El riesgo se minimizaba cuando otra persona respondía de manera apotropaica «¡Jesús!».
17)Abrir un paraguas bajo techo, dentro de una casa.
18)Que se cayeran las tijeras con el pico abierto, o dejarlas a posta abiertas encima de la mesa de alguien, o dejarlas abiertas entre dos o más personas, supuestamente produce riña por el entrechocar de las espadas.
Hacer girar cualquier objeto.
19)Poseer un solo vaso de una colección en la que se han ido rompiendo todos los demás.
20)Mirar fijamente a una persona, mal de ojo o aojamiento, que desde entonces sufre mala salud periódicamente o muere. Esta superstición se documenta desde la época romana.

Pero los gremios también tienen supersticiones, como por ejemplo:

Teatro: Una de las supersticiones más conocidas dentro de este mundo es la del color amarillo. Mucha gente no sabrá por que los actores tienen esa pequeña manía al color amarillo. Si se lo ponen en el estreno pueden hacer que la obra no salga bien, o que haya desgracias y hasta la muerte de quien lo lleve. Toda esta superstición nada mas y nada menos proviene de la ultima obra que realizó Jean Baptiste Poquelin mas conocido como Moliére, uno de los autores de teatro mas interpretados…, en su vida en la cual aparte de escribir muchas de las mejores obras conocidas como Tartufo, Don Juan, El avaro, y muchas otras, también las interpretó, el día del estreno de su ultima obra, “El enfermo imaginario”, Moliére representaba este papel vestido con una especie de bata amarilla. Dicen que esta obra era un espejo de su vida, estaba representando un enfermo hipocondríaco, y el día del estreno cuando ya estaban por el cuarto acto, le dio un fatídico ataque de tos, debido a la enfermedad que padecía, la tisis (tuberculosis). A la murió entre vómitos de sangre provocándole estos la asfixia que hizo que su vida se esfumara.

Otra es llevar a escena Macbeth escrita por el gran William Shakespeare, es la obra maldita por excelencia. Los actores, representantes, directores hasta los utileros, se niegan a pronunciar este nombre, sobre todo en el mundo anglosajón, cuando hablan de ella se refieren a la “Tragedia escocesa” así no pronuncian su nombre. La canciones de las hechiceras en Macbeth, se comenta que son hechizos malvados, que van echando maldiciones a diestro y siniestro a los que participan en esta obra y hasta a sus espectadores. Se dice que hasta el actor que hace de Macbeth, le caerá la ruina total y nunca podrá triunfar, hasta he podido encontrar datos de una magnífica interpretación convertida en el mayor desastre, el conocidísimo actor Peter O´Toole interpretó Macbeth y este fue el peor momento de su carrera un auténtico fracaso.

En el mar la vida es mas sabrosa: Los marineros se han refugiado siempre en una serie de creencias que les ayudan a soportar las duras condiciones de la vida en el mar. Cuando viajas en un barco sólo una débil estructura de acero (o madera) te separa de perecer en la inmensidad del océano. Las supersticiones aportan entonces una cierta sensación de control sobre elementos decisivos para la supervivencia, la mayor parte de las veces tan azarosos como, por ejemplo, las condiciones atmosféricas. Si no rompes ningún tabú y adoptas las medidas adecuadas la ira de los dioses se aplaca, la tormenta no estalla, el viento sopla favorable y tu barco llega sano y salvo a puerto.

Recogemos aquí creencias de épocas diversas:

1) Los barcos, como las personas. Cada navío tiene un nombre distinto y, en cierta manera, su propia personalidad. A veces se les personifica hasta el extremo de atribuirles buena o mala suerte. Siempre han existido barcos con fama de gafe, y otros de los cuales se decía que disfrutaban siempre de tiempo favorable y que, en ocasiones, si sus tripulantes necesitaban algún producto lo encontraban casualmente a la deriva.

2) Malos augurios. Existían fechas nefastas durante las cuales nadie debía abandonar el puerto. En el ámbito anglosajón se consideraba tentar a la suerte salir al mar los viernes (día en que crucificaron a Jesucristo), el primer lunes de abril (día en que Caín mató a Abel), el segundo lunes de agosto (día en que Dios Castigó a Sodoma y Gomorra) o el 31 de diciembre. Los miércoles, sin embargo, eran días favorables. Por otro lado, constituía un mal presagio escuchar las campanas de una iglesia desde el barco mientras este zarpaba.

3) 3) Amuletos y objetos gafe. En la Isla de Man consideraban que una pluma de reyezuelo constituía un buen amuleto contra los naufragios y los ahogamientos, aunque sus propiedades sólo duraban doce meses. En otras zonas era habitual llevar un aro de metal en la oreja para alejar las tormentas.

4) Animales. En términos generales estaba mal vista la presencia en el barco de animales con pelo, al contrario que la de los animales con plumas. Aunque había excepciones: que un gallo cantase a bordo era una señal inequívoca de mala suerte, y la presencia de un gato siempre era apreciada, ya que mantenían a raya a los ratones y proporcionaban distracción a los marineros, aunque algunos creían que los de su especie podían invocar tormentas.

5) Pasajeros peligrosos. Uno de los grupos de supersticiones marineras más curioso es el referente a pasajeros supuestamente funestos. Resulta ya un clásico la creencia de que las mujeres a bordo atraen las tempestades. Los curas también suponían una presencia funesta, al igual que los finlandeses, que tenían fama de ser brujos capaces de hechizar el barco e invocar tormentas.

Pero con independencia de su nacionalidad o condición, cualquiera tenía prohibido silbar a bordo, actividad que podía despertar a los vientos y provocar un temporal, o hacer sonar el cristal de una copa, ya que esto provocaba en algun lugar distante el ahogamiento de un marino.

6) ¡Hombre al agua! Pocas experiencias debe de haber más terribles que caer al agua en alta mar y ver cómo tu barco se aleja poco a poco. En épocas pretéritas muchos marineros no sabían nadar, y además se consideraba fuente de mala suerte rescatar a una persona que se estuviera ahogando. Suponía inmiscuirse en los asuntos de los dioses del mar o del destino. Por otro lado, cuando alguien moría ahogado, su cadáver, según creencia muy extendida, iba directo al fondo del mar, a los nueve días regresaba a la superficie y después se hundía definitivamente. Ver un cadáver durante ese breve periodo de tiempo era un mal presagio.

Y los famosos no se quedan atrás:

Isabel Preysler
Está considerada como una de las mujeres más elegantes del planeta, pero no por ello iba a ser perfecta.

Por ejemplo, le da siete vueltas a su anillo antes de salir de casa mientras dice en bajo una oración. Desde luego, seguro que le dará tiempo a hacer eso y más teniendo tanto espacio como tiene su casa.

La conocida modista Gabrielle (Coco) Chanel pensaba que el número 5 daba buena suerte. Tanto confió en el poder de este número que llamó a un perfume Chanel nº5. Además, lo presentó un 5 de mayo, es decir, un 5 del quinto mes. Y, la verdad es que la buena suerte parece que sí le ha ido acompañando a lo largo de los años...

Otra de las personas famosas más supersticiosas es el cantante Juanes. Su obsesión es tal que, por ejemplo, no pasa bajo las escaleras plegables; si se le cae la sal luego la arroja sobre el hombro izquierdo con la mano derecha; evita la mirada de un gato negro durante mucho tiempo y procura levantarse por las mañanas con el pie derecho. ¡Todo sea por tener buena suerte!

El tenor Luciano Pavarotti era otro ejemplo de superstición. El italiano ‘tenía la manía’ de recoger los clavos torcidos que quedan después de montar el escenario donde va a actuar para atraer la buena suerte.

Tony Blair y su esposa
Entre las supersticiones que pesan sobre la pareja está la de la esposa de Blair, Cherie, envió a una conocida gurú una uña recortada del dedo gordo del pie de su marido así como un mechón de su cabello para que, mediante la oscilación de un péndulo, pudieran guiarlos en la toma de decisiones importantes. ¡Parece mentira que los grandes asuntos de un país dependan de estas cosas!

Hitler
El dictador, a pesar de estar considerado como una persona muy inteligente, también hacía o deshacía cosas guiándose en pequeñas creencias. Así, por ejemplo, adoptó como símbolo una esvástica, símbolo que ya usaron las civilizaciones precolombinas para representar el sol y el poder. Además, consultaba con frecuencia a astrólogos para tomar sus decisiones.