Valeri Alekséyevich Legasov fue un prominente científico soviético en el campo de la química inorgánica, un miembro de la Academia de las Ciencias de la Unión Soviética. Es famoso por su trabajo a cargo del comité de investigación del desastre de Chernobyl del 26 de abril de 1986. Se suicidó en 1988, justo 2 años después, víctima de una depresión provocada por la exposición a la radiación, por la falta de reconocimiento internacional de la catástrofe y por la pérdida de vidas humanas en los trabajos para minimizar los efectos del accidente.

Valery Legasov nació en Tula, URSS, el 1 de septiembre de 1936, en el seno de una familia obrera. Estudió en el Instituto Mendeleev de Quimica y Tenología de Moscú, y completó sus estudios universitarios en el Instituto Kurchatov de Energía Atómica. Se tituló Kandidat (equivalente al post-graduado) en 1967, y en 1972 fue investido doctor en química. En 1981 ingresó en la Academia de las Ciencias y en 1983 fue designado jefe de Tecnología Química del Departamento de Química de la Universidad de Moscú.

A raíz del Accidente nuclear de Chernobyl, ocurrido el 26 de abril de 1986, Valery Legasov pasó a ser un miembro clave de la comisión gubernamental conformada para investigar las causas del accidente y adoptar las medidas necesarias para minimizar sus efectos. Dictó las medidas necesarias para evitar la repetición de un accidente de similares consecuencias e informó al gobierno de la situación en la zona del desastre. Desde un primer momento alertó de la gravedad de la situación y sugirió la evacuación inmediata de la ciudad de Pripyat, algo que, sin embargo, tardaría casi dos días en llevarse a cabo.

En agosto de 1986, Valery Legasov presentó el informe de la delegación soviética en la reunión extraordinaria de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, celebrada en Viena. El informe era absolutamente honesto en términos de la gravedad del accidente, algo que incomodó al gobierno soviético; finalmente el informe fue muy suavizado en la reunión, y Legasov sufrió el veto en 1986 y 1987 al título de Héroe del Trabajo Socialista.

Al igual que los demás miembros de la comisión gubernamental, Valery Legasov se expuso a altas dosis de radiación, lo que le provocó notorios problemas de salud.

Suicidios de Chernobil. En los primeros años después del desastre de Chernobil, fue reportado un alto índice de suicidios. La cantidad de ideas de suicidio eran escalofriantes ya que el miedo de vivir era mayor que el miedo de morir.

Documentos privados de la URSS sale a la luz publica. Se han encontrado documentos de 1979 firmados por Yuri Andropov, jefe del KGB, en donde ya se advertía de las deficiencias de Chernobyl. Nadie hizo nada. Esas deficiencias, unidas a una serie de errores en cadena, provocaron la explosión. Pero lo grave vino después, cuando nadie estaba preparado para detener eficazmente aquella fuga.

La versión oficial, de nuevo, afirmó que sólo se derramó un 3% del contenido del reactor, cuando las pruebas demuestran que fue más de un 70%. El ministro de Sanidad, Dr. Schulzenko, instruyó a los científicos encargados de la limpieza para encubrir y falsificar los informes sobre los efectos secundarios. Todos estos problemas de falsificación, destrucción de pruebas, conflictos de intereses y falta de transparencia dan una idea más exacta de la gravedad de la catástrofe que los propios efectos de la misma.

Los fantasmas persiguen a Valeri. Al igual que los demás miembros de la comisión gubernamental, Valery Legasov se expuso a altas dosis de radiación, lo que le provocó notorios problemas de salud. Especialmente grave fueron sus problemas de depresión, agravados por la falta de reconocimiento a su labor y la del resto de comisionarios, y con el continuo recuerdo de los liquidadores, empujados por el gobierno soviético a una muerte segura. Así, el 27 de abril de 1988, al cumplirse dos años y un día de la catástrofe, Legasov se suicidó, ahorcándose con una cuerda en su domicilio. Antes de quitarse la vida, grabó en una cinta de video toda la información que ocultaron la Agencia Internacional de la Energía Atómica, el gobierno soviético y los demás implicados, atribuyendo en dicha grabación la culpabilidad a un fallo de diseño de la central nuclear.