
Tras de negociar con los ocupantes y llegar a algunos acuerdos, el embajador español Máximo Cajal y López intentó repetidamente comunicarse por teléfono con distintos funcionarios guatemaltecos, principalmente con el ministro de Gobernación, Donaldo Álvarez Ruiz, para solicitar el repliegue de las fuerzas policíacas que asediaban la sede diplomática. Se encontraba todavía negociando una salida para los ocupantes, cuando el presidente de Guatemala, general Romeo Lucas García, giró órdenes de desalojar la legación, "a como diera lugar".

Entre las víctimas figuran Vicente Menchú, padre de la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum; el ex vicepresidente de Guatemala, Eduardo Cáceres Lenhoff, el ex canciller Adolfo Molina Orantes, los españoles Jaime Ruiz del Árbol "“cónsul-, Luis Felipe Sanz y María Teresa Vásquez. La justicia española busca al prófugo Donaldo Álvarez Ruiz por estas tres últimas muertes, aunadas a cuatro casos más.
Ante la gravedad de los hechos y la abierta responsabilidad del Estado de Guatemala, España condenó el ataque a su embajada, exigió el total esclarecimiento de lo ocurrido y rompió oficialmente relaciones diplomáticas con el país centroamericano. El 22 de septiembre de 1984, ambas naciones anunciaron la reanudación de las relaciones, mediante un comunicado conjunto firmado por ambos gobiernos en Bogotá, Colombia, lo que se materializó con la llegada de un gobierno civil en 1986. Aunque las partes se habían comprometido a investigar los hechos y llevar a los tribunales a quienes habían ordenado y realizado la matanza, el acto criminal continúa, un cuarto de siglo más tarde, impune.
Video de Prensa Libre tomado la mañana del 31 de Enero de 1980 desde las 8:30 AM