Afectada por el terremoto del pasado viernes, la planta nuclear japonesa Fukushima Daiishi es hoy el centro de atención por la cada vez más delicada situación de emergencia radioactiva, que ha implicado dos explosiones en distintos reactores, 2 trabajadores de la planta desaparecidos, 640 mil personas desplazadas de sus hogares en un radio de 60 kms de la central, y diversos discursos frente a la emergencia, tanto de las autoridades niponas que día a día le han bajado el perfil a la crisis como de autoridades europeas de energía nuclear.

Hoy el nivel de la emergencia, en una escala de 0 a 7, según los japoneses se encuentra en el número 4, sin embargo según autoridades francesas de energía nuclear el nivel es 6, lo que implica una gravísima situación tomando en cuenta que el desastre de Chernobyl de 1986 es el máximo, con un 7 en la escala de emergencias nucleares, y dejó cientos de muertos y miles de afectados que hasta hoy cargan con las consecuencias de la contaminación radioactiva.

Esta semana el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, fue claro al decir que "Estamos hablando de Apocalipsis (...), casi todo está fuera de control, no descarto que las peores horas y días estén por venir". Por su parte los nipones siguen afirmando que la emergencia no es tan grave como parece, mientras reparten miles de dosis de yodo a quienes viven en las inmediaciones de la planta y además pidieron hoy que los habitantes en un radio de 130 kms de la zona afectada "se encierren en sus casas".

Las principales consecuencias de la exposición prolongada a la radioactividad son: la mutación inmediata de genes que podría producir cáncer de tiroides; la acumulación de estroncio 90 en los huesos, que no solo afecta a la persona directamente contaminada, si no a sus decendencias; y la acumulación de cesio en los músculos; además afecta la reproducción y genera malformaciones. La exposición a altos niveles de radioactividad, como la que hay en una zona directamente expuesta a una fuga radioactiva de esta magnitud, provoca la muerte en pocas horas.

En el desastre de la planta nuclear de Chernobyl, que convirtió en una ciudad fantasmal a la localidad de Prypiat, murieron practicamente todos los trabajadores que ayudaron a taponear la gran fuga tras la explosión del reactor afectado, dichas personas solo podían trabajar 40 segundos en el lugar. Conózca en imágenes la realidad actual de Prypiat y vea cual podría ser el futuro de Fukushima.