Cuando inicie mi dieta una de las cosas más difíciles, incluso que la misma hambre fue la ansiedad. Las primeras 3 semanas de dieta son las más difíciles, sin embargo puedo decirte que hay algunas técnicas que ayudan en tan importante labor.


1. No hagas dietas demasiado restrictivas. El hambre y el remordimiento te llevan a comer “lo prohibido” y en cantidades mayores a lo normal. Recuerda que lo que quieres cambiar es tu estilo de alimentación, no prohibirte de ciertas comidas algún tiempo. Esto te hace entrar en razón mucho más rápido. 

2. Come muy despacio, intercalando pausas de hasta 5 minutos entre platillos. Esto ayuda a recuperar nuevamente la saciedad. Come menos y te sentirás satisfecho. 

3. Espera unas tres horas sin comer. Ordena tu día comiendo algo cada tres horas, pero siempre en el mismo horario. Esto ayuda a recuperar el hambre saludable. 

4. Camina unos 45 minutos diarios a marcha rápida. Esto activa la tasa metabólica, el cuerpo vuelve a quemar calorías y, aunque esté en reposo, seguirá quemándolas. 

5. No tengas nada prohibido en tu dieta porque puedes desarrollar un ansia desbordada de comerlo. Cada vez que tengo la oportunidad comparto esto. La primera semana de dieta tenía unas ganas de comer comida china. No soporte las ganas y fui a un restaurante con este tipo de comida. Frente al mostrador no superé la ansiedad y pedí un delicioso platillo de arroz frito. Me lleve el plato, frente a él lo medité por algunos minutos y decidí que mi mente sería mas poderosa que la ansiedad. Comí 3 cucharadas y mande la señal indicando que estaba lleno. Y eso fue todo, aprendí que la ansiedad puede ser controlada con meditación. Eso prohibido fue consumido y dejó de serlo, por lo tanto reste importancia al platillo. 

6. Planifica una alimentación saludable que incluya hidratos de carbono (pastas, papas, legumbres y pan) en una cantidad del 40% como mínimo.