Hay ciertas modas, que fueron tendencia total en nuestra época de estudiante y hoy aprovechamos el espacio para recordarlas.

Por ejemplo la fiebre de los tazos ¿Quién no coleccionó tazos en el colegio? Esta es una fiebre que se puso de moda en los 90 gracias a las empresas de chucherías. Los tazos eran piezas de plástico redondas y planas ilustradas con personajes de los dibujos animados del momento.

El juego consistía en colocar un tazo sobre otro e intentar voltear uno de estos con otro que era lanzado con fuerza desde arriba. Existían los tazos, los super tazos, los mega tazos, los master tazos, y unos cuantos más.



Capiruchos y trompos forman parte de los juguetes tradicionales que han pasado de generación en generación, por lo que en el colegio no podía faltar jugar con estos grandes inventos.

El capirucho consiste en un palito de plástico o madera atado con un cordón a una especie de mazo del mismo material que a su vez tiene un hueco en el centro del tamaño del palito. La idea es ensartar el mazo en el palito la mayor cantidad de veces en un tiempo determinado, hasta que el jugador falle.



El trompo, por su parte, consiste en un juguete de plástico o madera con forma de cono que se enrolla en una cuerda, y que al lanzarse con fuerza y destreza debe girar sobre su punta de hierro en el suelo.

Los más expertos hacían batallas de trompos y las apuestas podían ser desde el desayuno en el recreo.